Proponen calificar el Sagrado Corazón de Urgull como «contrario a la memoria democrática»
La estatua del Sagrado Corazón del monte Urgull, en Donostia, es un monumento franquista y así debe catalogarse. Esta es la propuesta que el Grupo de Trabajo de Simbología planteará al Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Donostia en su reunión de este miércoles.
El Grupo de Trabajo de Simbología del Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Donostia propone al Consistorio que solicite a la Administración General del Estado español que incluya la escultura del Sagrado Corazón del monte Urgull dentro del catálogo de «símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática» de acuerdo con la Ley de Memoria estatal. La estatua cumple 75 años en octubre y fue proyectada por el mismo arquitecto que levantó el denominado Valle de los Caídos en Cualgamuros, Pedro Muguruza.
Este grupo está formado por la Asociación de Víctimas del Genocidio en Donostia (Avicge), la Asociación de Vecinos de Aiete Lantxabe, LAB, Gotzon Garmendia (como persona de especial relevancia social) y representantes de los grupos municipales de EH Bildu y Elkarrekin Donostia.
La solicitud realizada al Consejo de Memoria del Ayuntamiento incluye que no se realice ningún acto de conmemoración del 75 aniversario de la estatua del Sagrado Corazón, «dado su claro carácter contrario a la memoria democrática», según han explicado los concejales Markel Ormazabal (EH Bildu) y Arantza González (Elkarrekin Donostia).
Ni reparaciones ni conmemoraciones
Junto a ello, reclama que no se realice ningún tipo de trabajo de remozamiento ni reparación de la escultura «en tanto que queda probado su significado nacional-católico y de exaltación de la dictadura franquista y, en consecuencia, constituir un elemento contrario a la memoria democrática».
Desde hace semanas, la estatua del Sagrado Corazón está siendo limpiada mediante una adjudicación municipal de casi 50.000 euros.
Asimismo, se plantean la recuperación del monte Urgull, el castillo de la Mota, los accesos al monte y el conjunto del entorno.
La propuesta se analizará en la reunión que el Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento –en el que están también representados PNV y PSE, además de EH Bildu, Elkarrekin Donostia y asociaciones de memoria– celebrará este miércoles, 4 de junio.
Acta de 1939
Para tomar la decisión de trasladar la propuesta, el Grupo de Trabajo ha analizado el acta municipal de mayo de 1939 que impulsó la construcción de la estatua para demostrar su adscripción a la ideología franquista.
«La iniciativa aspira a perpetuar en una expresión grandiosa al heroico renunciamiento de los mártires de la Cruzada Nacional recogiendo al mismo tiempo todo el espíritu fundamentalmente religioso móvil principal del alzamiento», señala el acta de 1939.
Junto a ello, Ormazabal y González han destacado que la propuesta se enmarca en lo recogido en las leyes de memoria estatal y autonómica.
Los dos ediles han subrayado que el objetivo principal de la propuesta es abrir un debate de ciudad sobre el monumento y difundir cuál es su verdadero origen, ya que han constatado que buena parte de la ciudadanía ignora que se trata de una estatua proyectada para glorificar el franquismo.
En este sentido, han recordado que los presupuestos municipales recogen una partida para reparar los daños sufridos por la estatua y han mostrado su temor por la posibilidad de que el equipo de gobierno pueda plantearse organizar un acto de conmemoración del 75 aniversario. «Hemos querido anticiparnos», han reconocido.
Una fase previa a la de Iruñea
Junto a ello, han destacado que las leyes de memoria abren el abanico para aplicar diferentes medidas al monumento, pero para ello hay que dar el primer paso de definir la estatua como franquista, tras lo que debería venir una fase de debate de ciudad sobre qué hacer con ella.
Preguntados por si el objetivo es hacer algo similar a lo planteado en el Monumento a los Caídos de Iruñea, los ediles de EH Bildu y Elkarrekin Donostia han respondido que en la capital guipuzcoana están en una fase anterior. En este sentido, Ormazabal ha señalado que en Iruñea «todo el mundo sabe qué es ese monumento, pero en Donostia, no».
De este modo, la propuesta sería el primer paso para impulsar un debate sobre el futuro de la estatua, en el marco de las leyes de memoria. En ningún caso, han descartado la posibilidad de eliminarla o resignificarla, pero han insistido en que la cuestión está en una fase mucha más incipiente que en la capital navarra.
Edificios privados
El Grupo de Trabajo ha realizado una segunda petición al Consejo de Memoria sobre simbología franquista en edificios privados. Ormazabal ha explicado que cuando se han realizado obras en algunas fachadas han salido a la luz símbolos franquistas que estaban ocultos.