Osasuna Memoria

Una leyenda sin estatua: Julián Vergara y sus más de 240 goles con Osasuna

«Una estatua a Catachú en la Plaza de la República (actual Plaza del Castillo)», reclamaba Jacinto Miquelarena tras la brillante actuación del interior izquierdo osasunista contra el Athletic Club de Madrid –predecesor del actual Atlético de Madrid– en el Metropolitano, el 11 de diciembre de 1932.

Julián Vergara anota uno de sus múltiples goles en el campo de San Juan defendiendo la zamarra rojilla en los años 30 del siglo pasado.
Julián Vergara anota uno de sus múltiples goles en el campo de San Juan defendiendo la zamarra rojilla en los años 30 del siglo pasado. (Osasuna Memoria)

Miquelarena, periodista del diario bilbaíno ‘Excelsius’, dedicó una loa con los elogios más bellos al juego demostrado por Osasuna jamás escritos y a su jugador Ángel Rodríguez Iturralde, conocido como “Negro” y también como “Catachú”. El resultado de aquel partido fue de 1-5 para los rojos (sic), toda una hazaña para el equipo navarro y para el jugador que marcó los cinco tantos: Julián Vergara.

El periodista bilbaíno apreciaba el fútbol de otra manera y otorgaba más valor al creador del juego, pases y regates que al puro goleador. En la misma línea esteta, Cantona, que destacó por su liderazgo en Manchester y sus goles de bella factura –aquel mítico de vaselina que inmortalizó subiéndose acto seguido el cuello de la camiseta–, sus anuncios en televisión junto a otras estrellas reivindicando el Jogo Bonito, o la menos estética –y también recordada– patada voladora a un aficionado, cuando le preguntaron en cierta ocasión por el mejor gol de su carrera, respondió: «un pase». Estetas del fútbol.

Las marcas personales gozan hoy de gran valor en el mundo del fútbol. Sin ir más lejos, Ante Budimir ha batido esta temporada el viejo récord de Vergara como máximo goleador en una campaña: 20 goles, una cifra difícil de alcanzar en Osasuna. Vergara lo hizo y eran once los rivales en un campeonato en el que el equipo terminó último. A pesar de ello, Juliantxo fue el tercer máximo goleador de la categoría. Por eso, conviene ser justos con la historia y recuperar su memoria.

Contrariamente a lo que se pensaba hasta hace poco (187 señala Wikipedia), Vergara marcó muchos más goles. De hecho, fueron alrededor de 250 únicamente en Osasuna. Diez más, 260, le adjudicó Eduardo Trincado (‘Diario de Navarra’, especial centenario, 2020). Una locura.

Las cifras aportadas aquí fueron descubiertas por el portal digital de estadísticas BDFútbol, gracias a un trabajo minucioso de comprobación de los resultados, jornada tras jornada, en toda la prensa histórica. Uno de sus investigadores, Antonio Chacón, en contacto con Osasuna Memoria, nos facilitó la cifra de goles y otras estadísticas llamativas.

Hasta hace poco tiempo, antes del centenario, era el propio club el que consideraba a Sabino Andonegui –otra leyenda– máximo goleador en su historia. En un trabajo que publicamos con motivo del centenario, “Vergara, la txapela voladora”, reivindicamos su figura y demostramos aquel error. Vergara era el máximo goleador, pero nos quedamos cortos. A raíz del primer récord de Budimir como máximo goleador en Primera, quisimos rescatar de nuevo la figura del gran desconocido.

Julián Vergara Medrano (1913-1987), nacido en Olite, fue el primer delantero moderno, un falso nueve. Llegó a Osasuna en 1932 procedente del equipo de su pueblo, el Erri Berri. Natalio Cayuela, presidente del club, lo fichó por consejo del directivo Martín Goñi, como su apuesta personal.

Con 19 años, Juliantxo, destacaba por su inteligencia, colocación y capacidad goleadora. No era un delantero al uso. De escasa envergadura, paradójicamente iba muy bien de cabeza. El control de pecho y el disparo eran su seña de identidad, tenía una asombrosa habilidad para bajar el balón y marcar lejos del alcance de porteros y defensas. Tuvo la mala suerte de jugar sólo una temporada en Primera con Osasuna y disputó otra con el Barça.

El Alavés, su rival predilecto

Los datos hablan por sí solos. Tras su debut, el 27 de noviembre de 1932 en el campo del Murcia en un partido de Segunda División, esa temporada marcó, en los 19 partidos de Liga y Copa disputados, 27 goles. Entre ellos, destacan los cinco goles al Atlético de Madrid, cuatro al Deportivo de la Coruña en casa y sendos hat-tricks a Celta y Murcia.

Su campaña más goleadora fue la de 1934-35, en la que hizo 45 goles en 38 encuentros de 2ª División. En el siguiente ejercicio marcó 35 goles en 1ª y en la campaña 1939-1940 fueron 34. Superó los 20 goles en ocho temporadas con el club, récord difícil de igualar. Este sábado, Budimir y los diez rojos restantes pueden tomar nota: el rival predilecto de Vergara fue el Alavés, al que hizo 17 goles en 17 partidos y venció en 15 de 17 ocasiones, con solo una derrota.

Julián Vergara, entrenando su magnífico remate de cabeza.

Vergara, marcando 240 goles en 235 partidos oficiales disputados con Osasuna, tiene uno de los mejores promedios anotadores de la historia del fútbol español, a la altura de otros que superaron el gol por partido en España como Isidro Lángara o Cristiano Ronaldo. Un dato demoledor y más en Osasuna, donde será difícil volver a ver cifras similares.

Además, nadie ha llegado a su récord absoluto en España: máximo goleador en un partido, con 10 goles en su haber, algo que le convierte en leyenda. Era habitual que marcara varios goles por encuentro: hizo 24 hat-tricks, entre los que se incluyen 8 pókers (4 goles) y cinco repókers (5 goles). Una voracidad goleadora a la altura de los más grandes de la historia del fútbol español.

Vergara fue herido en la Guerra Civil y, aún así, el FC Barcelona pagó a Osasuna 100.000 pesetas por su traspaso, el más alto de entonces. Y tras una temporada y media, a pesar de la buena experiencia personal, no acabó de adaptarse. Osasuna perdió a Bienzobas y le llamaron. Vergara rechazó 35 mil pesetas del Málaga por ayudar al club rojillo, donde disputaría cuatro cursos más. Después vinieron equipos como el Constancia de Inca o el Escoriaza de Zaragoza.

Regresó por tercera vez al equipo navarro y de ahí pasó al Athletico Universitario y Tudelano, para finalizar donde comenzó su carrera: el Erri Berri. Se retiró con 40 años. Varios después recordaba a tantos compañeros, en especial a Vicente Rey, Emilio Urdíroz y Vicente Cuartero como sus tres mejores amigos en el fútbol. Sobre Osasuna, escribió: «Quedo unido para siempre con vínculos que nacen en el corazón». La cifra total de goles se desconoce, se estima que puede superar los 300, y de haber mantenido el promedio, sería algo impresionante.

Una estatua con txapela

No deja de sorprender la desmemoria de algunos. Durante el centenario de Osasuna, los fundadores del club fueron olvidados; ahora es el turno de sus máximas leyendas y realizadores. En dos ocasiones, en 1970, con la celebración de las bodas de oro del club, y en 1980, el año del regreso a Primera tras veinte años, no había duda de quién era Vergara.

En un documental del No-Do aparece con su inseparable txapela, sobre el césped del campo de fútbol, explicando su debut y los primeros años de su carrera. En otras imágenes, se le ve en El Sadar acompañado de uno de sus hijos, rodeado de aficionados con quienes charlaba animadamente en Graderío Sur. La imagen que proyecta es la de la humildad personificada.

En 1971 fue homenajeado junto a Vicente Rey, se disputó un partido entre dos combinados de ex leyendas y un partido femenino entre el Gares y Pamplona. En una entrevista de 1980 mostraba orgulloso el reloj que le regaló Osasuna en su homenaje en 1956.

Ficha de Julián Vergara como jugador de Osasuna.

Además de cuadrar cuentas y generar marca y negocio, cultura de club es mirar a la historia, a la memoria, destacar valores e identidad colectiva y recordar leyendas, por qué no; y más las de perfil humilde. Todo ello crea un valor añadido, una identidad propia, y es ahí donde hay que recordar a los grandes. «Todo profesional debe sentir los colores que defiende y, de lo contrario, es mejor que haga las maletas y se vaya a otro lugar», le contaría al periodista Javier Martínez de Zúñiga en 1968.

Cualquier otro equipo lo elevaría a categoría de mito solamente por sus cifras. Si alguien merece una estatua en El Sadar, o un busto, ese es nuestro “Pichichi” particular: Juliantxo Vergara.

Estadística desglosada de su capacidad goleadora:

1ª División: 20 goles en 21 partidos

2ª División: 87 goles en 81 partidos

3ª División: 26 goles en 32 partidos

Copa de España: 19 goles en 30 partidos

Promoción de ascenso a 1ª: 13 goles en 9 partidos

Promoción de permanencia en 2ª: 33 goles en 18 partidos

Copa Vasca: 21 goles en 22 partidos

Campeonato Regional de Guipúzcoa: 17 goles en 19 partidos

Campeonato Regional de Navarra: 4 goles en 3 partidos

Total: 240 goles en 235 partidos oficiales, entre los cuales hubo 127 victorias, 84 derrotas, dos expulsiones y hasta un gol encajado.

Hay que indicar que además jugó con Osasuna en otros dos torneos de oficialidad discutida:

Torneo Brigadas de Navarra (1937-38): 14 goles en 11 partidos

Copa Presidente de la Federación (1939-40): 9 goles en 7 partidos

De considerarse estas competiciones, la estadística final sería de 263 goles en 253 partidos.

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